Magdala Manero Moncunill
En este caso la usaremos verde, pero la judía también podemos consumirla seca cuando se ha dejado desarrollar mas tiempo en la mata y nos ofrece su semilla. La judía verde es buena aliada del maíz y la calabaza en nuestros huertos; además tomadas juntas forman un conjunto de aminoácidos de excelente calidad.
Conocer sus cualidades y propiedades nos ayudará a saber de ella y de cómo tratarla en nuestra cocina de salud. Lo más característico es que son diuréticas, depurativas, refrescantes y reconstituyentes. Llevan oligoelementos, níquel, cobre, cobalto,… así cómo vitaminas A, B y C. Clorofila, hidratos de carbono, fósforo, sílice, calcio,…
Incorporar la judía verde a nuestra alimentación nos ayudará a combatir el descenso de leucocitos cuando nos administran sustancias tóxicas.
En nuestra cocina está muy bien aceptada por su amplio uso: en paellas, hervidos, salteados, ensaladas veraniegas y un largo etc… En el verano caluroso mediterráneo un plato, muy sencillo y refrescante, que nos aportará una fuente de sustancias beneficiosas.
Judías verdes (para dos personas dos puñados). Escaldar las judías unos 3 minutos. Cortarlas por la mitad para que queden los cortes rectangulares y mas bien pequeños (resulta más ligero de tomar).
Las ponemos en un bol, agregamos tomates maduros (en cortes rectangulares también), un ajo picado, sésamo y sal (gomasio).
Pulverizamos con algas nori, añadimos aceitunas negras, orégano, aceite de oliva y… mucha alegría en tomarlas.
A mi me alivió de éstos calores.
¡Gracias judía verde!