Magdala Manero Moncunill
La judía Azuki (vigna angularis), leguminosa, familia fabacea, muy utilizada en Asia, originaria del Himalaya. En macrobiótica es utilizada como alimento-medicina y también lo es en la farmacopea China.
Este postre esta pensado para no descuidar nuestros intestinos y darles movimiento (invierno contracción).
Las azukis, en la cocina, se transforman en un bonito y elegante color, su textura es suave, su sabor delicado y el valor nutricional excelente. En cuanto a los beneficios que nos aporta: son diuréticas, reguladora de edemas, de tensión arterial, refuerzan el bazo, elimina toxinas,… Una vez las probamos entran en nuestra cocina de salud.
Además la elaboración propia, la auto gestión (sin aditivos, sin colorantes, sin cartonajes,…) significa un gran paso a nivel medio ambiental.
Y… lo mas misterioso de ésta semilla (azuki): una vez el postre presentado lo confundes con chocolate. Os invito a comprobar !!!!
Ingredientes:
250gr de azukis
Azúcar integral o melaza de cereales
Calabaza
Crema de almendra
Sésamo negro
Sésamo blanco
Preparación:
Remojamos el día anterior las azukis, a la mañana siguiente las hervimos como hacemos con las legumbres, añadimos una tira de alga kombu (la longitud del dedo indice).
Ponemos a cocer la calabaza en la vaporera.
Preparamos la crema de almendras (remojamos las almendras y batimos con muy poca agua para que quede espesa, batiendo a intervalos queda más fina).
Una vez frias las azukis van a la batidora, añadimos la melaza, comprobamos gusto y seguimos emulsionando. Yo suelo poner jengibre y una pizca de sal orgánica (mínima, para resaltar el sabor). Emplatamos y servimos.
Cortamos la calabaza en laminas medianas. Tomamos 3 o 4 y espolvoreamos con semillas de sésamo negro. En otro cuenco, añadimos una cucharada de crema de almendra y espolvoreamos con sésamo blanco triturado y algo tostado.
Este postre esta pensado en la dualidad, notar visualmente la energía femenina y la masculina; también para recordar los dos hemisferios. En mi cocina intento poner la intención en lo que hago, dándole formas simbólicas que me ayudan a fijarme y a darme cuenta de que vivo en un lugar llamado TIERRA, que es un misterio a descubrir y que los alimentos me ayudan.
Por ser tan fácil, económico y repartir salud en nuestra vida, los Azukis se merecen un aplauso. Gracias mil!!!!
Ah!!! con la imagen del postre y esta música descubriréis… alguna cosa.